Déjame que te explique que vago con un corazón a medias desde el día en que te despedí a punto de coger un autobús.
Déjame que te explique que prefiero echarte de menos de aquella otra forma.
Cómo tu solías decir: Porque sin despedidas, no habría reencuentros, así que deja de llorar idiota que en nada nos volvemos a ver.
Y así, todo así...
No hay comentarios:
Publicar un comentario