Aprende a sonreír sin motivo.

lunes, 24 de diciembre de 2012

Deja de llorar, idiota.

Aquel momento, aquel beso, aquella risa, fue lo que llevaba esperando todo el verano, me diste la mando y a partir de ahí supe que todo iba a ser distinto. Porque dices, porque digo que no eres de sorpresas, de detalles, de todas esas cosas que sabes que a mi me gustan tanto pero sin embargo ese día, esa noche fuiste el mejor príncipe de cualquier película de Disney. Los dos estábamos deseando ese momento y tu supiese hacerlo realidad, de verdad, fue uno de los mejores besos que he tenido, que no me hablen del beso del Diario de Noa, o de Titanic, no, ese beso a las 5 de la mañana en aquella ventana fue lo mejor. A partir de ahí todo ha cambiado, no sé... me rescataste. Que da igual que hayamos pasado juntos 5 días, pero amigo, 5 días intensos y que los dos sabemos que esto no depende del tiempo que pases con una persona. Depende de cómo lo pases.

Que no hubo fuegos artificiales ni cohetes para decirme que eras tú esa persona, pero sin embargo lo sé, sabía que tú ibas a ser diferente, que tú ibas a cambiar todos mis esquemas sobre el amor, y míranos ahora, esperando, jugando con el futuro a ver si ganamos algo.

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